jueves, 1 de enero de 2015

Alas Rotas


edición de texto Clotilde Macchi

Con una de las alas rotas, decidiste posarte en el jardín de casa y esperar pacientemente el final del día, que siendo una mariposa era la conclusión de tu vida.
Te vi, y corrí por la cámara, para guardar tu belleza por siempre en una foto… inmortalizándote.
Sabía que ya no volverías a volar, ya no tendrías la libertad de viajar; te dejé tranquila y me retire sin siquiera respirar. Honrando tu momento sobre la hoja que elegiste permanecer, quieta, en silencio, con un suave aleteo, esperando la noche… en tu caso, demasiado fría.

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